sábado, 11 de junio de 2016

Bosques de amor



Sonámbula por las sábanas me topo contigo,
una flor nacida en el calor del invierno y cargada de pétalos helados.
Mis yemas te acarician sigilosas y temerosas a tu reacción,
al tiempo que mis labios, te bañan en tormentas de letras
para que me hagas poesía.

Escucho atentamente ese sonido melifluo que desprende tu cuerpo
intentando mantener la cordura en esta insatisfecha locura.
Mi aliento se convierte en el vaho que moja la comisura de tu boca
y mi cuerpo en el sol que seca tu lluvia.

Me miras, y mi corazón se para en la rapidez de los latidos,
mientras mis ojos se pierden en el derrame de tinta de los tuyos.
Son tan profundos que temo caer en el olvido,
como caen las estrellas en el universo
o mis pestañas en tus párpados.

Me escabullo en tu pelo para respirar tu aroma,
y me acerco a tu oído para susurrarte utopías.

Te beso en un abrazo cuerpo a cuerpo
tomando por distancia la realidad de los sueños.

Te deseo en una vida de pasión muerta
y te amo en una muerte un tanto incierta.

Eres tan inefable que ni yo misma te creo, te expreso o te entiendo.
La penumbra de mi corazón está bañada en un precioso arrebol,
iluminando las paredes lúgubres de mi cuerpo con tu efímero tacto.

Porque tú en ti misma,

 has creado en mí, un amor sempiterno hacia ti.

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