En el mundo hay dos
tipos de personas, por un lado tenemos “Las Bellas” y por otro tenemos “Las
Bestias”. Todos nacemos siendo Bellas, siendo rosas tintadas de Aurora
Boreal, pero siempre hay una Bestia que nos hace su igual, que nos convierte en
hielo ardiente y agua seca.
Yo pertenecía a la
primera sin duda alguna, pero sufrí el asesinato más dulce y cruel
que pueden probar unos labios; el amor. Esa sensación que te amarga, embriaga y
destruye construyéndote. Mi mundo se convirtió en un invierno sin Navidad, en
una primavera sin Almendros.
Todo era vagar por un
lugar en busca de no sentir nada, nadar en una laguna sin sirenas y leer
acurrucada en un cementerio donde todo el mundo deja flores que se marchitan. Y
de repente, cuando mi Carola se iba desmenuzando
por el paso del tiempo apareciste tú a sujetar el último pétalo que quedaba,
tal vez el más cargado de sentimientos y bañado en espinas, y aun así lo
sujetaste.
Poco a poco me voy
volviendo Bella, otra vez, pero tengo demasiado miedo y pavor, demasiada
inseguridad, cobardía e inmadurez para florecerte la sonrisa y hacer de tu asfaltoso
mundo en blanco y negro un oasis
cristalino que lleve mi nombre. Tengo esas ganas de huir de todo mientras corro
hacia ti que ni yo misma soy capaz de comprender.
Quiero perderme en tus
brazos, en tu olor
y contemplar esos ojos que tan radiantes me parecen,
Quiero soplar las
pestañas que por tus mejillas se esparcen.
Te quiero y realmente lo
hago, es un concepto difícil de comprender; deseo ser lo que tú quieras que sea
pero no puedo serlo, al tiempo que soy toda tuya. Para que entiendas pequeña sonrisa
escondida, soy como el sol que persigue la luna pero que solo puede rozarla una
vez al año.
Suele decirse que un
amor no correspondido es el más doloroso, a mi forma de ver duele más amarte y
que me ames. Me duele tenerte lejos pero me duele más lastimarte, tengo tanto
miedo a lastimarte de verdad que prefiero que sigas siendo Bella, yo Bestia y
nuestro amor un arcoíris que sale en los días de lluvia y de sol.
No podré darte lo que
el mundo tiene por norma establecer, no puedo prometerte quedarme, amarte por
siempre, arriesgar, secarte las lágrimas y abrazarte cuando lo necesites… no
puedo darte nada porque ni siquiera yo estoy lista para dármelo a mí misma.
Aunque sí puedo darte
algo… amor, incondicional tal vez, en silencio tal vez, en poesía y palabras
corridas por lágrimas tal vez, insuficiente para ti tal vez, en miradas y
sonrisas tal vez, cuando me resista a tocarte por no hacerte el mínimo rasguño
tal vez, cuando pierda los nervios y la compostura y me precipite a tus labios
tal vez, cuando baile en tus pupilas tal vez… pero siempre será amor verdadero,
real, reprimido y sincero…
Como el pétalo de mi rosa muerta que sujetas entre tus
delicadas manos de porcelana sin pensar si es de Bella o de Bestia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario