domingo, 16 de octubre de 2016

Bella y Bestia



En el mundo hay dos tipos de personas, por un lado tenemos  “Las Bellas” y por otro tenemos  “Las Bestias”. Todos nacemos siendo Bellas, siendo rosas tintadas de Aurora Boreal, pero siempre hay una Bestia que nos hace su igual, que nos convierte en hielo ardiente y agua seca.

Yo pertenecía a la primera sin duda alguna, pero sufrí el asesinato más dulce y cruel que pueden probar unos labios; el amor. Esa sensación que te amarga, embriaga y destruye construyéndote. Mi mundo se convirtió en un invierno sin Navidad, en una primavera sin Almendros.

Todo era vagar por un lugar en busca de no sentir nada, nadar en una laguna sin sirenas y leer acurrucada en un cementerio donde todo el mundo deja flores que se marchitan. Y de repente, cuando  mi Carola se iba desmenuzando por el paso del tiempo apareciste tú a sujetar el último pétalo que quedaba, tal vez el más cargado de sentimientos y bañado en espinas, y aun así lo sujetaste.

Poco a poco me voy volviendo Bella, otra vez, pero tengo demasiado miedo y pavor, demasiada inseguridad, cobardía e inmadurez para florecerte la sonrisa y hacer de tu asfaltoso mundo en  blanco y negro un oasis cristalino que lleve mi nombre. Tengo esas ganas de huir de todo mientras corro hacia ti que ni yo misma soy capaz de comprender.

Quiero perderme en tus brazos, en tu olor
y contemplar esos ojos que tan radiantes me parecen,
Quiero soplar las pestañas que por tus mejillas se esparcen.

Te quiero y realmente lo hago, es un concepto difícil de comprender; deseo ser lo que tú quieras que sea pero no puedo serlo, al tiempo que soy toda tuya. Para que entiendas pequeña sonrisa escondida, soy como el sol que persigue la luna pero que solo puede rozarla una vez al año. 

Suele decirse que un amor no correspondido es el más doloroso, a mi forma de ver duele más amarte y que me ames. Me duele tenerte lejos pero me duele más lastimarte, tengo tanto miedo a lastimarte de verdad que prefiero que sigas siendo Bella, yo Bestia y nuestro amor un arcoíris que sale en los días de lluvia y de sol.

No podré darte lo que el mundo tiene por norma establecer, no puedo prometerte quedarme, amarte por siempre, arriesgar, secarte las lágrimas y abrazarte cuando lo necesites… no puedo darte nada porque ni siquiera yo estoy lista para dármelo a mí misma.


Aunque sí puedo darte algo… amor, incondicional tal vez, en silencio tal vez, en poesía y palabras corridas por lágrimas tal vez, insuficiente para ti tal vez, en miradas y sonrisas tal vez, cuando me resista a tocarte por no hacerte el mínimo rasguño tal vez, cuando pierda los nervios y la compostura y me precipite a tus labios tal vez, cuando baile en tus pupilas tal vez… pero siempre será amor verdadero, real, reprimido y sincero…

Como el pétalo de mi rosa muerta que sujetas entre tus delicadas manos de porcelana sin pensar si es de Bella o de Bestia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario